Según AZERTAC, así lo afirman en un comunicado conjunto de los servicios de prensa del Ministerio del Interior, el Servicio de Seguridad del Estado y la Fiscalía General.

Se estableció que Rufulla Akhundzada y su hijo Almursal Akhundzada, en cooperación con los servicios especiales iraníes, llevaron a cabo actividades especiales en el país para organizar grupos de resistencia con el fin de crear el estado de "Kerima" cometiendo disturbios armados y cambiando así por la fuerza el estatuto constitucional, orden de la República de Azerbaiyán, así como organizar intentos de asesinato contra la vida de personas y funcionarios conocidos públicamente. Como parte de este plan, Rufulla Akhundzada creó grupos confidenciales en WhatsApp, Telegram y otros sistemas de mensajería instantánea. Además, R. Akhundzada y su hijo A. Akhundzada presentaron a los miembros del grupo una lista de funcionarios y figuras públicas para organizar atentados contra sus vidas, sus datos personales, direcciones de lugares de residencia y trabajo. Para ello, los miembros del grupo recibieron instrucciones para adquirir armas de fuego y preparar un "cóctel molotov".

Durante la operación fueron detenidos y entregados a la investigación 7 miembros del grupo "Venganza 313 - Elgun Agayev, Ruslan Aliyev, Yusif Mirzayev, Elvin Jafarov, Savalan Huseynli, Bilal Sujeddinli, Maharramali Musayev, así como otros miembros del grupo.

Rufullah Akhundzada dio instrucciones a las personas incluidas en la lista, mantuvo constantemente reuniones virtuales con ellas para mantenerlas en la esfera de influencia. De este modo contribuyó a reforzar aún más las aspiraciones radicales de los miembros del grupo.

Siguiendo las instrucciones de Rufullah Akhundzada, los miembros del grupo, utilizando el sagrado Corán como herramienta, juraron que crearían un estado "Kerima" en el territorio de la república, participarían en diversas actividades subversivas, organizarían disturbios masivos, atentados y otros actos ilegales, atraerían al "grupo de resistencia" a otras personas que respondieran positivamente a publicaciones religiosas radicales en las redes sociales.

Además, escribieron consignas religiosas radicales en las calles cercanas a los edificios administrativos de diversos organismos gubernamentales, tomaron fotos y las compartieron en las redes sociales con el fin de engañar a los ciudadanos.

R. Akhundzada también planeó involucrar a miembros del grupo en ejercicios militares y organizaciones extremistas armadas ilegales en Irán con el pretexto de recibir educación religiosa.

Tras el éxito de las operaciones para desenmascarar a personas implicadas en la cooperación clandestina con servicios de inteligencia extranjeros en el país, R. Akhundzada dio instrucciones para cerrar los grupos de mensajería instantánea que había creado, y los miembros de la banda permanecieron inactivos en las redes sociales durante algún tiempo.

Los miembros del grupo también utilizaban los fondos que les enviaban desde el extranjero para la propaganda del radicalismo religioso en Azerbaiyán y la financiación de otras actividades subversivas. Continúan las pesquisas y las investigaciones a este respecto.

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